Akira también vive en el subterráneo.
También sufre allá abajo.
También pierde las esperanzas de vivir.
También sufre por él.
|ESPECIAL HIROSHI KAMIYA 2|
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—General Levi. —una mano se posa en el hombro del moreno. —Deberías tomarte unas vacaciones, sabes que el ejército está en buenas manos.
Levi alza su mirada gris en dirección al Comandante del Ejército; Erwin Smith quien parecía complacido por el trabajo hecho por el General después de haber controlado al pueblo y ganado el respeto de los soldados.
Vestido con tonalidades de azul, una casaca con hombreras doradas bastante llamativa que daba a entender su puesto entre el ejército Europeo más fuerte y admirado, demás, siempre cargaba con un adorno en su cuello siendo un pañuelo con el cual no iba a ningún lado.
—Odio las vacaciones. —admite Levi de mala gana, era una de los requisitos más desagradables para él quien no tenía nada qué hacer durante ese tiempo totalmente libre.
—Por lo mientras, lleva a tus hombres a almorzar, se lo merecen. —insiste Erwin palmeando su espalda antes de darse la vuelta e irse. Levi da un bufido pero puede sentir la mirada de Eren suplicando por algo de comer.
Así que cambió de ser general a niñera de sus soldados. Entrando a un restaurante no tan llamativo, los hombres de Levi se apoderaron de dos mesas para juntarlas y poder convivir entre sí, al menos tenían en claro que mientras su General estuviera ahí presente, no debían causar problemas.
Levi se deja caer en una silla y se mantiene en silencio mientras sus hombres conviven y bromean entre sí, todos los días era lo mismo desde que entró a la militar y se volvió un hombre de respeto, las ideales de Levi solamente estaban enfocadas en servir a su pueblo y obedecer al Comandante, fuera de eso, no tenía nada más por qué luchar en la vida.
—...tenía una cinturita pequeña además de una preciosa figura. —explicaba Auruo frente a sus compañeros que no le creían ni una pizca de lo que presumía. — Y ella me preguntó mi número, ¡claro que tuve que hacerme del rogar! Así que no se resistió a mi encanto y terminó por seguirme toda la noche para que yo pudiera hacerle caso...
—No me sorprendería si ella en verdad estaba huyendo y eras tú el acosador. —se burla Erd, haciendo reír a más de uno.
—¡Te estoy hablando en serio!
—Es imposible, Auruo. Nadie querría estar con un fanfarrón. —comenta Gunther, Auruo chasquea la lengua y se hace el ofendido desviando la mirada.
—¿Es que están ciegos? ¿O por qué creen que todas estas chicas están aquí? —señala a los alrededores, las chicas que servían las bebidas y el almuerzo a los soldados estaban suspirando por verlos.
Pero todos sabían por quién suspiraban en verdad. —Están aquí por el General. —dice Jean con algo de molestia en su voz.
Pero Levi no veía a ninguna, odiaba ser el centro de atención y odiaba más cuando las chicas intentaban tener alguna relación o contacto con él. En verdad era una joda tener que ignorarlas a todas y hacerles entender que no quería nada.
