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—Terminó el entrenamiento. —Mike palmea mi espalda, el entrenamiento cuerpo a cuerpo no era lo mío. —Te veo muy animada aún cuando recibiste una paliza peor que otras veces, ¿a qué se debe? —sonríe de lado.

—¡Nada! ¡Hoy es un bonito día! —exclamo emocionada.

—¿Acaso Levi tiene algo que ver en ésto? —se burla de mí. Trato de golpear su hombro, pero él lo esquiva. —¡Ja! ¡Oye! No es mi culpa tener tan buen olfato, realmente deberías tomar una ducha. A veces trato de buscarlo a él y te encuentro a ti, me confunden.

—Mike. —lo nombro. —Solo porque hoy es un buen día, no trataré de golpearte más. ¡Me voy! ¡Tengo algo qué hacer!

—¡Suerte!

Me apresuro por los pasillos del cuartel para ir directo a mi habitación y tomar una ducha rápida, todo era apresurado, también tenía el atuendo para éste día. El mejor día de mi vida, juro que ni siquiera pude dormir.

Después de quitarme toda la suciedad con ese baño rápido, me vestí con un vestido azul celeste sencillo, luego de eso me arrepentí terriblemente al ver todos esos hematomas en mis piernas. No era nada lindo, al contrario, era horrible. Pero... ¿Qué podía hacer? No tenía ropa normal que no fuera el uniforme de la Legión.

Supongo que el uniforme será.

Después de acomodarme la chaqueta de la Legión encima y tomar aquel regalo, me apresuré por los pasillos para llegar al despacho del Capitán, estaba ansiosa, dentro de poco será el almuerzo y será el momento perfecto para escabullirnos.

Golpeo la puerta del despacho de Levi con los nudillos, se escucha un "adelante". Entro, y lo que veo me deja sorprendida.

Levi no llevaba su uniforme común de la Legión, sino que decidió usar ese traje formal negro que alguna vez se lo vi puesto, estaba terminando de colocarse el pañuelo frente un espejo, luego en él me miró a mí y entrecerró los ojos.

—¿Qué haces con eso puesto? —pregunta amablemente, hasta me sorprendió.

—Yo... tuve dificultades con el vestido que quería usar.

—¿No insististe todo éste tiempo con que me encantaría verte con ese vestido? —dice con burla. —¿Acaso engordaste y ya no te queda?

—No es eso. —me quejo, esa fue mala broma. —Pero, se me ve horrible.

—Yo decidiré eso. —se acerca a mí. —Pero si no te pones ese vestido, no me casaré contigo.

Abro la boca, indignada. —Eres malo...

—Apresúrate, ya casi nos vamos. —acomoda mi cabello detrás de mi oreja.

—Iré a por ese vestido. Pero te lo advertí.

—Lo que sea. —se encoge de hombros. —Te veo a la salida del cuartel en unos minutos.

—¡Sí!

Me inclino y le robo un beso de un par de segundos que lo toman desprevenido, salgo de su despacho tan rápido como llegué.

Cambio mis ropas una vez más y a una velocidad impresionante, tenía vergüenza por mis piernas marcadas pero Levi insistió en que usara el vestido, seguro al verme querrá que vuelva a usar el uniforme.

Salgo de mi cuarto con la pequeña caja de regalo en mano, justo cuando la campana del almuerzo suena por todo el cuartel, el pasillo se llena de todos mis compañeros yendo al comedor. Camino entre ellos en dirección contraria, rezando por no encontrarme con Kimer o no sabría cómo huir de él.

Entregar el corazón. |Levi Ackerman x OC| |Premios Wattys 2019|Where stories live. Discover now